Poco distante de Bérgamo en el antiguo  territorio de Lemine,  recorrido por una carretera  militar romana y que  fue Curtis Regia en época longobarda, se levantan hoy  los poblados de Almenno S. Salvatore y Almenno S. Bartolomeo.

En poco más de un kilómetro están concentrados estupefacientes testimonios artísticos que van del siglo IX al siglo XV. Dos, en particular, son obras maestras del románico que, todavía hoy, podemos admirar insertados en un entorno permanecido  campestre (hecho increíble).

La Rotonda di S. Tomè es una de las  más peculiares y conocidas obras del románico por la implantación arquitectónica de plano circular.  Su forma redonda y elegante sobresale en el entorno por el color casi rosado del material de construcción.  El interior, íntimo y atractivo,  brinda la oportunidad de admirar  capiteles esculpidos de gran interés iconográfico. La gran iglesia románica de S. Giorgio, con su arquitectura simple y sobria, revela al exterior sus complicadas y desconocidas  vicisitudes constructivas. En el interior un notable ciclo de pinturas al fresco ilustra la vida de Cristo y otras pinturas, de asuntos y épocas diversas ornamentan las paredes.