Es un espléndido recorrido para admirar paisajes encantados, terrazas plantadas de olivos, pueblos sonrientes, pequeñas ciudades como Iseo, Lovere, Sarnico y en el lago la encantadora Montísola .

Se puede bordearla en barco o lo largo de una senda y disfrutar del perfume de plantas y de flores.

Además  sería sugestivo subir hasta la cumbre  para visitar el Santuario  della Ceriola y disfrutar de un panorama por completo.

Lovere hace alarde de su centro del Medievo con las típicas casas torres, un museo y la importante iglesia  de Santa Maria in Valvendra. Sárnico es famosa  por su arsenal que produce lanzas de competición y de  lujo requeridas en todo el mundo. Iseo encierra el encanto de muchos siglos: saliendo  de la medieval Pieve de S. Andrea habitualmente se pasea por las bonitas calles de la zona central para visitar los edificios históricos como el neoclásico palacio del Ayuntamiento y las pintorescas plazas.